Este ciclo está dedicado a aquellos géneros cinematográficos que por lo general no se ven reflejados en los ciclos de cine-debate o cine arte, como por ejemplo, el cine clásico, el cine bizarro, la ciencia ficción, el cine negro, el erótico, el de terror, el spaghetti western, el blaxploitation, el anime, el cine clase 'b' en general y otros géneros. Dentro de estos subgéneros cinematográficos pueden encontrarse verdaderas joyas cinematográficas, como así también las peores películas de la historia; pero si hay algo que todas tienen en común es su garantía de diversión. Esperamos que lo disfruten.

Los Cínecos



PROGRAMACIÓN AÑO 2014

El Beso De La Muerte

Jueves 9 de septiembre

Título original: "Kiss Of Death" (1947)

Dirigida por Henry Hathaway; con Victor Mature, Richard Widmark, Coleen Gray, Brian Donlevy, Taylor Holmes, Howard Smith, Karl Malden.(95 minutos) Guión: Ben Hecht y Charles Lederer, basado en una novela de Eleazar Lipsky.

La película comienza con el ritmo bien alto, cuando un ex-convicto llamado Nick Bianco (interpretado por Victor Mature), que no puede conseguir un trabajo para mantener a su familia, participa desesperado de un atraco a una joyería para poder comprarles un regalo de navidad a sus hijas. (La tensión que se crea en la escena del ascensor ya nos adelanta que estamos ante una obra maestra del cine.)

Después de este atraco frustrado, el fiscal del distrito, Louis D'Angelo (Brian Donlevy), intenta convencerlo para que delate a sus compañeros, a cambio de la libertad condicional, a lo que se niega rotundamente, prefiriendo ir a prisión sin atenuantes. Su abogado Earl Howser se compromete a sacarlo de prisión y mientras tanto cuidar de su familia a cambio de su silencio. Sin embargo, esto no sucede, y mientras él está en prisión, fuera de la prisión todo su mundo se desmorona. El fiscal no duda en aprovechar la ocasión para presionarlo para que hable, apelando a su sensibilidad como padre de dos hijas a las que adora, pero el código del hampa convierte en carne de cañón a nuestro protagonista, un hombre con principios; un hombre bueno con mala suerte, que se arrepiente de su pasado criminal pero no puede escapar de ello. Una víctima de ambos bandos al que el pasado vuelve para acosarlo, esta vez de la mano de Tommy Udo, un asesino psicótico en busca de venganza.

"El Beso de la Muerte" nos propone una reflexión sobre la reinserción social de los ex convictos y la poca seguridad que la justicia puede ofrecer a quienes colaboran con ella. En esa reflexión ocupa un papel predominante la figura de un fiscal del distrito cuyos niveles de humanidad y apoyo humanitario parecen superar los habituales de su profesión, pero detrás de los cuales se revela el verdadero interés de atrapar a otros elementos escurridizos como anguilas. El abogado Earl Howser, vinculado con el mundo criminal (un impecable Taylor Holmes), aporta otra cuota extra de realismo y cinismo al film.

Henry Hathaway nos brinda aquí un clásico inolvidable del género. Hathaway rueda en exteriores (fue un pionero en ello) e imprime un acertado tono fatalista en esta historia de redención personal y venganza. Así consigue crear una atmósfera inquietante a lo largo de toda la trama; incluso en las escenas donde la vida transcurre con cierta alegría, hay una especie de amenaza permanente que no deja respirar tranquilo al protagonista –ni al espectador. El sólido guión es de Ben Hecht y Charles Lederer, toda una garantía. Las tomas de Nueva York son reales, así se anuncia en los créditos.

"El Beso de la Muerte" participa de una corriente documentalista muy en boga en el cine de la época y que encontró pleno acomodo en el género negro, como demuestran los aportes al género de directores como Jules Dassin, Robert Siodmak o Joseph H. Lewis. Henry Hathaway cultivó esa corriente documentalista, cuya característica más representativa es el rodaje en exteriores por influencia del éxito del neorrealismo italiano. Nos va contando la historia con unos separadores negros de dos segundos, que parecerían estar resumiendo los hechos como si fuera una crónica periodística, un drama real. De hecho, la filmación en locaciones de la populosa New York refuerza la verosimilitud de la trama.

Una de las claves de la genialidad del film es que los actores protagonistas están sobresalientes: el (injusta y folklóricamente) siempre menospreciado Victor Mature da el apropiado retrato de delincuente itálico, endurecido por la vida y sin sobreactuaciones, en uno de los mejores papeles de su carrera; pero es Richard Widmark el actor que, con su temible psicópata Tommy Udo, logra meter miedo y convertir la misión de Nick Bianco en una empresa terrorífica. En uno de los momentos culminantes de la película, Bianco se sienta en una mesa de restaurant aguardando a Udo mientras fuma un cigarrillo. Pasan los segundos y el nerviosismo que Bianco emana a través de la pantalla, eclosiona cuando el director nos muestra unas cortinas tras las que, muy pero muy lentamente, se va acercando Udo. Es una imagen de pesadilla que, fuera del contexto de la historia carecería casi de tensión. Dicha escena es de una tensión casi insoportable, y a ello ayuda la inteligentísima decisión por parte del director de que todo suceda sin música, en un silencio que hace más violento aún el encuentro. Eso es, en líneas generales, la película: un espiral de tensión.

Richard Widmark realiza aquí, en su primera película, una interpretación inolvidable y colosal en la que da forma a uno de los criminales más emblemáticos de la historia del cine. Bordeando la fina linea que separa una actuación magistral de la sobreactuación pero sin llegar a traspasarla, Widmark está perfecto encarnando a ese criminal psicópata y sádico que tanto parece disfrutar matando. Para la posteridad queda la escena en que arroja a una indefensa mujer en silla de ruedas por las escaleras, de una brutalidad (para la época) apabullante.

Nadie ha tenido un debut tan espectacular en el cine como Richard Widmark. Su célebre escena ha quedado como uno de lo grandes mitos que recuerda toda una generación. Su increíble debut cinematográfico lo hizo (más que merecidamente) famoso de la noche a la mañana. Su personaje, un delincuente inimaginablemente ruin y perverso, se roba el film en los quince minutos que dura su presencia. Se trata, indudablemente, de uno de los villanos antológicos de toda la historia del cine. Y es que es un personaje muy bien trabajado, que con sus miradas y risa malévola inquietan a la vez que deja huella en el espectador. El Tommy Udo de Widmark provoca escalofríos,su risa de hiena es verdaderamente terrorífica y hiela la sangre, es un aviso de que algo -nada bueno- va a suceder a continuación.

Estupenda combinación de melodrama, suspenso, realismo, thriller y film noir, "El Beso de la Muerte" es una de las joyas ocultas del cine americano de todos los tiempos.

Obtuvo una nominación al Oscar al mejor actor secundario (Richard Widmark), y al Oscar mejor historia original (Eleazar Lipsky), y una nominación al Globo de Oro al mejor actor secundario, también para Widmark.

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