Este ciclo está dedicado a aquellos géneros cinematográficos que por lo general no se ven reflejados en los ciclos de cine-debate o cine arte, como por ejemplo, el cine clásico, el cine bizarro, la ciencia ficción, el cine negro, el erótico, el de terror, el spaghetti western, el blaxploitation, el anime, el cine clase 'b' en general y otros géneros. Dentro de estos subgéneros cinematográficos pueden encontrarse verdaderas joyas cinematográficas, como así también las peores películas de la historia; pero si hay algo que todas tienen en común es su garantía de diversión. Esperamos que lo disfruten.

Los Cínecos



PROGRAMACIÓN AÑO 2014

La Aventura Es La Aventura


Jueves 15 de abril a las 18:30 hs.

Título original: "L'Aventure C'Est L'Aventure" (1972)

Dirigida por Claude Lelouch; con Lino Ventura, Jaques Brel, Aldo Maccione, Charles Denner, Charles Gérard, Johnny Hallyday, Nicole Courcel, Yves Robert, Juan Luis Buñuel y otros.

Una pandilla de sinvergüenzas, delincuentes y gángsters descubren que están pasados de moda y que la forma más rentable y cómoda de delinquir y hacerse ricos es a través de la política.

Mezcla rara de comedia costumbrista, cine de aventuras y denuncia política, donde no se salva nadie.

Obra de un Claude Lelouch inspirado (parece mentira que sea el mismo director que años después pergeñara el film "Los Unos Y Los Otros").
(Subtítulos Denise Castello)


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A Quemarropa

Jueves 22 de abril a las 18:30 hs.

Título original: "Point Blank" (1967)

Dirigida por John Boorman; con Lee Marvin, Angie Dickinson, Keenan Wynn, Carroll O’Connor, Lloyd Bochner, Michael Strong, John Vernon, Sharon Acker, James Sikking, Sandra Warner.
Guión de Alexander Jacobs, David Newhouse sobre la novella The Hunter de Donald E. Westlake.

Walker (Lee Marvin) es traicionado por su mejor amigo Max Reese y su esposa Lynn cuando recibían en la abandonada prisión de Alcatraz la entrega de una gran cantidad de dinero procedente de una organización criminal. Dejándolo herido y dándolo por muerto lo abandonan desangrado en una celda de la famosa penitenciaria. Walker buscará venganza y su parte del botín; para ello intentará localizar a la pareja en la ciudad de Los Ángeles.

Estupendo y estremecedor thriller dirigido por el siempre excepcional John Boorman y basado en la novela "The Hunter" que Donald Westlake escribió en 1964 aunque con el pseudónimo de Richard Stark; Marvin interpreta a uno de los personajes más duros de toda la historia del cine americano.
Lee Marvin y John Boorman se encontraron por primera vez mientras el primero rodaba “Doce del patíbulo”. Lo que empezó como un mero conocimiento terminó siendo una relación de profunda amistad, que al poco se materializó en el deseo de ambos por trabajar juntos en una película. Y quiso el destino que cayera en su manos una sólida novela de un tal Robert Stark, pseudónimo tras el que se ocultaba Donald E. Westlake.
La feliz alianza dio como resultado una magnífica película en la que muchos quieren seguir viendo influencias de la vanguardia de la Nouvelle Vague francesa, en especial de “Alphaville”, de Jean-Luc Godard, y de su personaje central Lemmy Caution, del que Walker, el personaje de Lee Marvin, toma prestadas algunas porciones de su filosofía vital.

Boorman pues, nos lleva a la ciudad de Los Angeles y nos mete dentro del cuerpo de un tal Walker, un hombre que es dado por muerto después de ser traicionado por su amigo, un gángster llamado Mal Reese, y así vamos descubriendo que este es el amante de la esposa de Walker. Cuando este se cura de sus heridas quiere recuperar a toda costa los noventa mil dólares que ambos robaron, y para ello trama un plan de auténtica venganza...

La película cuenta con un ritmo verdaderamente inteligente a la vez que inspiradísimo, ya que unas veces lo hace de forma pausada para dar un giro vertiginoso en otras ocasiones, cosa que hace de la película una historia sumamente interesante y además aderezada con algunas escenas subidas de sexo -por aquel entonces, por supuesto.

Soberbia la fotografía en color de Philip H. Lathrop y plasmando de forma perfecta el formato panorámico para lograr al máximo esos paisajes tanto inmensos como desoladores de la gran ciudad, y muy buena a la vez la banda sonora de Johnny Mandel. Hay que destacar la presencia de John Vernon (Topaz), aquel gran actor secundario con la cara picada de viruela que le da vida a ese traidor gángster llamado Mal Reese.

Una película llena de puro nervio y dotada al más puro estilo del cine negro en plena era psicodélica, y que sigue siendo tan cautivadora como el día de su estreno.
Como curiosidad, esta película fue la primera en rodarse en la prisión de Alcatraz tras su cierre definitivo en 1963.

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El Gatopardo

Viernes 23 de abril a las 18:30 hs. (función especial)

Título original: "Il Gattopardo" (1963)

Dirigida por Luchino Visconti; con Burt Lancaster, Claudia Cardinale, Alain Delon, Paolo Stoppa, Rina Morelli, Romolo Valli, Pierre Clémenti, Leslie French, Mario Girotti, Serge Reggiani, Ivo Garrani.

La vida de Don Fabrizio, Príncipe de Salina, y de toda su familia, se ve alterada tras la invasión de Sicilia por las tropas de Garibaldi.
De modo que todos se refugian en la casa de campo que la familia tiene en Donnafugatta. Hasta el lugar se desplazan, además de la mujer del Prínicipe y sus tres hijos, el joven Tancredi, el sobrino predilecto de Don Fabrizio. Adaptación de la novela homónima de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, enmarcada en la convulsa Italia del Rissorgimento, el Don Fabrizio de “El Gatopardo” es el "alter ego"
del autor y el de un Visconti plenamente identificado con un personaje al que ama.

Con una dirección magistral y una puesta en escena de fuertes influencias pictóricas, “El Gatopardo”
se sustenta en un guión rico en detalles y matices de Suso Checci D’Amico y Enrico Medioli entre otros, al que Visconti viste con las mejores galas, arropado por la brillante fotografía de Giuseppe Rotunno, el suntuoso vestuario de Piero Tosi y la inmortal partitura de Nino Rota -que adaptó una sinfonía suya inacabada, y recuperó un vals inédito de Verdi-,
para regalarnos esta hermosa, lúcida y barroca reflexión sobre un mundo que se extingue serenamente en los dulces brazos de la muerte.

Dirigida poco antes de la trilogía germánica ("Muerte en Venecia",
"Ludwig" y "La caída de los dioses" ), Visconti firma la que es seguramente su mejor película. Interpretada magníficamente por el gran Burt Lancaster en el papel de Fabrizio, príncipe de Salina (¡cuánta nostalgia refleja su rostro por los tiempos pasados!),
y por unos jovencitos Alain Delon (Tancredi) y Claudia Cardinale (Angélica), la Italia del Rissorgimento, la revolución garibaldina, la decadencia de los estados pontificios y la fundación del estado italiano moderno cobran vida ante nuestra vista gracias al talento operístico del director
(más que evidente en la genial escena del baile), de la música sublime de Nino Rota y a una fotografía luminosa que recoge toda la belleza de una puesta en escena memorable.

Estamos ante uno de los filmes más importantes, no sólo de Luchino Visconti, sino del mismo cine italiano de los últimos años. La evocación del Rissorgimento Italiano y la modélica reconstitución histórica es una lección de hacer cine. Tiene una lectura dialéctica propia de su autor e ilustrador fílmico, quien también había manifestado: "Creo que no se puede ser hombre, y mucho menos artista, sin tener una conciencia política. El arte es política". La película, pues, sigue fielmente la novela cuasi-autobiográfica de Lampedusa.

Según el prestigioso crítico español José María Latorre: "La intensidad dramática de El Gatopardo, modelo de cómo el sentimiento personal se conjuga con la visión historicista (sin entorpecerse, de modo autocomplementario), tiene una precisa correspondencia con el cuidadísimo trabajo sonoro y visual. Si el film enfrenta a un mismo nivel la dialéctica de la Historia y la agria nostalgia personal, también puede entenderse como la culminación del sinfonismo cinematográfico: hacer moverse a los personajes y fotografiar los objetos como parte de la música es algo que pertenece ya al terreno de la genialidad". (Cfr. "El Gatopardo", en 100 películas míticas. Barcelona: Biblioteca de La Vanguardia, 1986, p.74.)

Estilísticamente, El Gatopardo significa la entrada de Visconti en una nueva técnica narrativa cinematográfica y, en este aspecto, resulta una obra refinada, esplendorosa, riquísima y artísticamente lograda; un acto de verdadera cultura, nada gratuito ni formalista.

Ganadora de la Palma de Oro de Cannes en 1963.

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La Fuga Fantástica

Jueves 29 de abril a las 18:30 hs.

Título original: "La Grande Vadrouille" (1966)

Dirigida por Gérard Oury; con Bourvil, Louis de Funès, Claudio Brook y Terry-Thomas.

Las peripecias de tres aviadores británicos abatidos a cañonazos sobre el cielo de París son el punto de arranque de una comedia desopilante sobre la ocupación alemana de París. Una comedia que, curiosamente, fue la primera sobre el tema de la segunda guerra mundial que se estrenó en Alemania y que, siguiendo con las curiosidades, cuenta con el hijo de Michelle Morgan, compañera de Oury, en el papel de McIntosh y la participación como guionista de la hija de Oury, Danièle Thompson, quien se convertirá en habitual en los films de su padre.

La Grande Vadrouille es uno de los grandes logros cómicos del cine francés. Una magnífica comedia de acción, tuvo hasta hace muy poco la distinción de ser la película más popular de la historia en Francia. Su venta en taquilla de más de 17 millones de entradas sólo ha sido superado por Titanic en 1997. El éxito fenomenal de esta película es un logro notable, dado que la película trata de uno de los períodos más desafortunados de la historia de Francia.

Esta es una película de gran presupuesto, una rareza comparativa en el momento, pero ni un solo franco fue malgastado. De principio a fin, esto tiene la sensación de un período de producción abundante, prestando una atención extraordinaria a los detalles. El director Gérard Oury se acredita con el logro de una de las recreaciones más creíbles de la Francia en tiempos de guerra en la historia del cine francés (incluso aunque no se derrama sangre en la película).

Un factor importante en el éxito de la película en Francia fue la presencia de Bourvil y Louis de Funès, en el momento los dos actores cómicos más populares de Francia. Los dos comediantes habían aparecido dos años antes en otra película, "Le Corniaud", que también fue un sorprendente éxito de taquilla en Francia. La combinación de sus dos estilos muy diferentes resulta tan brillante que uno se pregunta por qué los productores demoraron tanto tiempo para juntar a los dos actores en un mismo film.

Junto a estos dos genios cómicos franceses está el incomparable actor inglés cómico Terry Thomas, quien, fiel a su estilo, interpreta a uno de los aviadores ingleses. El actor está en muy buena forma y disfruta en las escenas absurdas en las que se encuentra. Un pelotón de soldados alemanes come-salchichas completa el estereotipo.

La efervescencia de actuaciones cómicas de la película se corresponde con la fotografía exuberante Claude Renoir y la música de Georges Auric. Las situaciones cómicas surgen con gran facilidad en un film que brilla con uno de los guiones más divertidos jamás escritos para una película francesa. A pesar de su fuerte sesgo cómico, La Grande Vadrouille es en realidad una película de guerra bastante creible que galopa a un ritmo razonable, apoyada por algunas impresionante escenas de acción. La gran escena final de la película es particularmente memorable.

Lo más notable de esta película es lo poco que se conoce fuera de Francia. Si hay una película francesa popular que merece un público internacional, es sin duda ésta.

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