Este ciclo está dedicado a aquellos géneros cinematográficos que por lo general no se ven reflejados en los ciclos de cine-debate o cine arte, como por ejemplo, el cine clásico, el cine bizarro, la ciencia ficción, el cine negro, el erótico, el de terror, el spaghetti western, el blaxploitation, el anime, el cine clase 'b' en general y otros géneros. Dentro de estos subgéneros cinematográficos pueden encontrarse verdaderas joyas cinematográficas, como así también las peores películas de la historia; pero si hay algo que todas tienen en común es su garantía de diversión. Esperamos que lo disfruten.

Los Cínecos



PROGRAMACIÓN AÑO 2014

El Gatopardo

Viernes 23 de abril a las 18:30 hs. (función especial)

Título original: "Il Gattopardo" (1963)

Dirigida por Luchino Visconti; con Burt Lancaster, Claudia Cardinale, Alain Delon, Paolo Stoppa, Rina Morelli, Romolo Valli, Pierre Clémenti, Leslie French, Mario Girotti, Serge Reggiani, Ivo Garrani.

La vida de Don Fabrizio, Príncipe de Salina, y de toda su familia, se ve alterada tras la invasión de Sicilia por las tropas de Garibaldi.
De modo que todos se refugian en la casa de campo que la familia tiene en Donnafugatta. Hasta el lugar se desplazan, además de la mujer del Prínicipe y sus tres hijos, el joven Tancredi, el sobrino predilecto de Don Fabrizio. Adaptación de la novela homónima de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, enmarcada en la convulsa Italia del Rissorgimento, el Don Fabrizio de “El Gatopardo” es el "alter ego"
del autor y el de un Visconti plenamente identificado con un personaje al que ama.

Con una dirección magistral y una puesta en escena de fuertes influencias pictóricas, “El Gatopardo”
se sustenta en un guión rico en detalles y matices de Suso Checci D’Amico y Enrico Medioli entre otros, al que Visconti viste con las mejores galas, arropado por la brillante fotografía de Giuseppe Rotunno, el suntuoso vestuario de Piero Tosi y la inmortal partitura de Nino Rota -que adaptó una sinfonía suya inacabada, y recuperó un vals inédito de Verdi-,
para regalarnos esta hermosa, lúcida y barroca reflexión sobre un mundo que se extingue serenamente en los dulces brazos de la muerte.

Dirigida poco antes de la trilogía germánica ("Muerte en Venecia",
"Ludwig" y "La caída de los dioses" ), Visconti firma la que es seguramente su mejor película. Interpretada magníficamente por el gran Burt Lancaster en el papel de Fabrizio, príncipe de Salina (¡cuánta nostalgia refleja su rostro por los tiempos pasados!),
y por unos jovencitos Alain Delon (Tancredi) y Claudia Cardinale (Angélica), la Italia del Rissorgimento, la revolución garibaldina, la decadencia de los estados pontificios y la fundación del estado italiano moderno cobran vida ante nuestra vista gracias al talento operístico del director
(más que evidente en la genial escena del baile), de la música sublime de Nino Rota y a una fotografía luminosa que recoge toda la belleza de una puesta en escena memorable.

Estamos ante uno de los filmes más importantes, no sólo de Luchino Visconti, sino del mismo cine italiano de los últimos años. La evocación del Rissorgimento Italiano y la modélica reconstitución histórica es una lección de hacer cine. Tiene una lectura dialéctica propia de su autor e ilustrador fílmico, quien también había manifestado: "Creo que no se puede ser hombre, y mucho menos artista, sin tener una conciencia política. El arte es política". La película, pues, sigue fielmente la novela cuasi-autobiográfica de Lampedusa.

Según el prestigioso crítico español José María Latorre: "La intensidad dramática de El Gatopardo, modelo de cómo el sentimiento personal se conjuga con la visión historicista (sin entorpecerse, de modo autocomplementario), tiene una precisa correspondencia con el cuidadísimo trabajo sonoro y visual. Si el film enfrenta a un mismo nivel la dialéctica de la Historia y la agria nostalgia personal, también puede entenderse como la culminación del sinfonismo cinematográfico: hacer moverse a los personajes y fotografiar los objetos como parte de la música es algo que pertenece ya al terreno de la genialidad". (Cfr. "El Gatopardo", en 100 películas míticas. Barcelona: Biblioteca de La Vanguardia, 1986, p.74.)

Estilísticamente, El Gatopardo significa la entrada de Visconti en una nueva técnica narrativa cinematográfica y, en este aspecto, resulta una obra refinada, esplendorosa, riquísima y artísticamente lograda; un acto de verdadera cultura, nada gratuito ni formalista.

Ganadora de la Palma de Oro de Cannes en 1963.

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