Este ciclo está dedicado a aquellos géneros cinematográficos que por lo general no se ven reflejados en los ciclos de cine-debate o cine arte, como por ejemplo, el cine clásico, el cine bizarro, la ciencia ficción, el cine negro, el erótico, el de terror, el spaghetti western, el blaxploitation, el anime, el cine clase 'b' en general y otros géneros. Dentro de estos subgéneros cinematográficos pueden encontrarse verdaderas joyas cinematográficas, como así también las peores películas de la historia; pero si hay algo que todas tienen en común es su garantía de diversión. Esperamos que lo disfruten.

Los Cínecos



PROGRAMACIÓN AÑO 2014
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No se lo Digas a Nadie

Miércoles 29 de mayo 

Título original: "Ne le Dis à Personne" (2006)

Dirección: Guillaume Canet
Intérpretes: François Cluzet, André Dussollier, Marie-Josée Croze, Kristin Scott Thomas, Nathalie Baye, François Berléand, Jean Rochefort, Guillaume Canet, Marina Hands.
Guión: Guillaume Canet, Philippe Lefebvre (basado en la novela homónima de Harlan Coben)
Fotografía: Christophe Offenstein
Música: Mathieu Chédid
Producción: Alain Attal
País: Francia
Duración: 131 min.

Alexandre Beck (François Cluzet) es un médico pediatra que muy lentamente intenta recuperar su vida después de que su esposa Margot (Marie-Josée Croze), a quien recuerda todos los días, fuera brutalmente asesinada ocho años atrás.
A raíz de dos cuerpos que aparecen cerca de la escena del crimen, la policía abre nuevamente la investigación y  Alex vuelve a estar en la lista de sospechosos.
De pronto Alex comienza a recibir misteriosos e-mails anónimos con un mensaje que dice "No se lo digas a nadie"; el primero con un enlace a una cámara de seguridad que por un momento muestra a una mujer entre la multitud cuyo parecido a Margot es por lo menos inquietante y lo lleva a revivir sus más dolorosos fantasmas personales. A partir de ahí, su vida entra en una vorágine desesperada de persecuciones e intrigas.

Un intenso thriller con un inteligente guión repleto de giros y misterios pero que no deja cabos sueltos, con un suspenso brillantemente dosificado y una acción desenfrenada, que mantiene al espectador pegado a la butaca hasta el final.

El guión tiene algunas diferencias respecto al libro. Sin embargo, su autor declaró en una entrevista que el final de la película había superado al de la novela.

Con la espléndida actuación de François Cluzet junto a un elenco impecable y la acertadísima dirección de Guillaume Canet, mostrando los barrios periféricos de París, "Ne le dis à Personne" resulta una cita imperdible con el mejor cine francés.

El film fue un gran éxito tanto de crítica como en taquilla. El actor británico Sir Michael Caine dijo en un programa de la BBC que esta película era lo mejor que había visto en 2007.

Ganadora de 4 Premios Cesar 2007 (Mejor Director, Mejor Música, Mejor Edición y Mejor Actor a François Cluzet) de 9 Nominaciones; Mejor Película y Premio de la Audiencia en los Premios Lumiere 2007; Premios Éthoile d’Or 2007 al Mejor Actor y a la Mejor Música Original.

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Tempestad Sobre Washington

Miércoles 10 de octubre

Título original: "Advise & Consent" (1962)

Dirección: Otto Preminger
Intérpretes: Henry Fonda, Charles Laughton, Don Murray, Walter Pidgeon, Peter Lawford, Gene Tierney, Franchot Tone, Lew Ayres, Burgess Meredith y otros.
Guión: Wendell Mayes, basado en la novela homónima de Allen Drury (ganadora del premio Pulitzer en 1960)
Fotografía: Sam Leavitt
Música: Jerry Fielding
Producción: Otto Preminger
País: EE. UU.
Duración: 139 min.

"Dirigida por Otto Preminger en 1962 Tempestad sobre Washington sigue siendo todavía hoy una de las mejores películas en retratar la vida política estadounidense de las más altas esferas. Con un reparto de lujo encabezado por Henry Fonda, Charles Laughton, Gene Tierney, Walter Pidgeon, Franchot Tone…
y un guión perfectamente hilvanado de principio a fin que sabe mantenernos sabiamente expectantes, el film ambientado en los años de la Guerra Fría nos adentra por los complejos vericuetos del funcionamiento de la Presidencia y el Senado norteamericanos.

La novela de Allen Drury adaptada al cine por Otto Preminger resulta edificante tanto por su forma de trasladar al espectador cómo se desarrolla el juego político en Washington, como por el ejercicio de autocrítica al sistema que representa.
La acción da comienzo cuando el presidente de los Estados Unidos (Franchot Tone) decide nombrar a Robert A. Leffingwell (Henry Fonda) como secretario de estado. La noticia causa un revuelo vertiginoso entre los miembros del Senado, que han de ratificar en este caso el nombramiento. A partir de entonces comienza una intrigante partida en la que el presidente a través del jefe de la mayoría (Walter Pidgeon) trata de reunir contra reloj los votos necesarios dentro de su partido, enfrentándose a un meticuloso, corrosivo orador y temido opositor en la figura del Senador Seabright Coley (sensacional Charles Laughton en el que fuera su último film) o a quienes desde las filas de los suyos se mantienen fieles a sus principios, como el senador Brigham Anderson (Don Murray).


Unas brillantes actuaciones que incluyen a Burguess Meredith, Lew Ayres, Paul Ford, Peter Lawford, Eddie Hodges, George Grizzard o Inga Swenson; una fotografía en blanco y negro impecable, el debate en plena Guerra Fría sobre la actitud a mantener frente a la Unión Soviética o la caza de brujas interna de comunistas;
la ácida crítica no exenta de guiños sonrientes a las contradicciones de la política, la ambición personal, la mentira consabida, la falta de escrúpulos en los métodos empleados o la utilización de la vida sexual de los políticos; y esmerados diálogos que alcanzan su culminación en la puesta en escena de la brillante oratoria de los senadores son algunos de los demás ingredientes que hacen que Otto Preminger nos sirva en bandeja con este clásico imperecedero, política en estado puro."
(El texto entre comillas fue extraído de http://www.unmundodecine.com/2008/10/tempestad-sobre-washington-advise.html. Autor: José Luis Urraca Casal,  Fuente: www.unmundodecine.com


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El Cuervo

Miércoles 15 de agosto

Título original: "Le Corbeau" (1943)

Dirección: Henri-Georges Clouzot
Intérpretes: Pierre Fresnay, Ginette Leclerc, Micheline Francey.
Guión: Louis Chavance, Henri Georges Clouzot
Fotografía: Nicolas Hayer (B & N)
Música: Tony Aubin
Producción: Continental Films
País: Francia
Duración: 92 min.

"Tú, vicioso: 
Sé que andas fornicando con la mujer de Vorzet, Laura-la-puta. Cuidado, que lo he visto todo y lo contaré todo.
El Cuervo"

La vida de una pequeña ciudad de provincias se ve perturbada por una serie de anónimos firmados por "El Cuervo".
El doctor Rémi Germain, un hombre arisco y antipático, es el primero en recibirlos: se le acusa de realizar abortos y de ser el amante de Laura Vorzet, la esposa del psiquiatra del hospital. Después "El Cuervo" arremete contra el médico jefe y el administrador del hospital. Las malas lenguas apuntan a la enfermera Marie Corbin, que con su conducta se granjeó la enemistad de muchos, pero todos tienen algo que ocultar, y nadie se siente seguro. (FILMAFFINITY)

"Ud. le lleva bien con Germain-el-abortista. Continúe así. Puede que necesite sus servicios si su hija Jeannette sigue pasando el tiempo en la oficina del Jefe de psiquiatría.
El Cuervo."

En un pequeño pueblo francés de Saint Roben, "una pequeña ciudad de aquí o en ninguna parte", un día la gente empieza a recibir cartas anónimas donde se descubren los peores secretos de cada uno de ellos,
poniendo a todos al borde de la histeria, el pánico y la paranoia. En medio de un estallido de habladurías, donde todos ocultan algo pero todos se apresuran a juzgar a los demás y no dudan en iniciar una caza de brujas, todos son sospechosos y comienzan a tratarse con creciente desconfianza.

Henri-Georges Clouzot, uno de los directores franceses más atrevidos que ha dado el cine, conocido luego por haber dirigido "El Salario del Miedo" y "Las Diabólicas", realiza en 1943 este thriller agobiante cargado de intrigas y suspenso, donde expone lo peor de la naturaleza humana. La ambigüedad de todos los personajes se parece demasiado a la realidad y tal vez sea este el punto más inquietante y hasta subversivo de la película.

"Le Corbeau" es un clásico indiscutible y una obra maestra del cine francés. Sin embargo, cuando se estrenó en 1943, no le gustó a nadie; tanto la izquierda como la derecha francesas, así como la Iglesia y miembros destacados de la Resistencia repudiaron su ácida visión sobre la sociedad provinciana, plasmada aquí bajo el signo de la hipocresía, las apariencias y la ruindad.
La película resultó igualmente incómoda para el gobierno de ocupación de Vichy como para la resistencia que luchaba contra los ocupantes. A nadie le resultaba cómodo que se tratasen de manera tan directa temas como el abuso de poder, el consumo de drogas o el aborto, o que se cuestionen certezas morales hasta entonces aceptadas.

El film tiene una estética expresionista, donde las luces y sombras en la magnífica fotografía en blanco y negro ayudan a delinear la parte más ambigua y oscura de los personajes. Inolvidable la escena en la que el Dr. Germain y Vorzet mantienen una conversación sobre el bien y el mal mientras una lámpara, empujada por Vorzet, hace de péndulo iluminando a uno y al otro. Brillante.

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Casta de Malditos

Jueves 11 de agosto

Título original: "The Killing" (1956)

Dirección: Stanley Kubrick
Intérpretes: Sterling Hayden, Coleen Gray, Vince Edwards, Jay C. Flippen, Marie Windsor, Ted DeCorsia, Elisha Cook, Joe Sawyer, Timothy Carey, Jay Adler, Joe Turkel, Kola Kwarian, James Edwards, Tito Vuolo, Cecil Elliott, Dorothy Adams, Herbert Ellis, Pary Carroll
Guión: Stanley Kubrick (Novela: Lionel White. Diálogos: Jim Thompson)
Fotografía: Lucien Ballard (B y N)
Música: Gerald Fried
Producción: MGM / UA
País: EE.UU.
Duración: 83 min.

SINOPSIS Johnny Clay, un ex convicto, ha decidido dar el último golpe de su vida: llevarse la recaudación de un hipódromo. Selecciona meticulosamente a los que serán sus colaboradores, y planea la estrategia del asalto con precisión insospechada... (FILMAFFINITY)

"La mejor película de Kubrick (...) Genial guión; Kubrick exprimió el zumo de la imaginación del gran novelista Thompson y logró que escribiese uno de los juegos de geometría cinematográfica más precisos de que hay noticia" (Ángel Fdez. Santos: Diario El País)


El filme narra la planeación y posterior ejecución de un “gran golpe” al hipódromo de Long Island en Nueva York, que dejaría como ganancia un botín de dos millones de dólares durante la celebración de la carrera más importante de la temporada. El protagonista y autor intelectual del atraco es Johnny Clay, un delincuente veterano quien durante los cuatro años de recluído en prisión ha preparado minuciosamente un plan perfecto con el cual piensa retirarse de por vida. Para llevarlo a cabo, ha decidido reclutar a colaboradores no profesionales y evitar de esta forma los errores habituales que se desprenden de esa situación. De hecho, cada uno de sus compinches no sólo sabe poco o nada del otro, sino que tienen un lugar asignado en la compleja operación que Clay ha ideado para saquear las taquillas del hipódromo. A su vez, todos ellos cargan con serios problemas económicos y personales (pérdidas en la bolsa o en apuestas, deudas a prestamistas gangsteriles, una esposa arpía e interesada, una mujer enferma, la soledad, etc.) y esperan solucionar sus preocupaciones y comenzar una nueva etapa con las ganancias del delito.

Stanley Kubrick había filmado anteriormente dos intrigantes relatos; no obstante, fue precisamente este insuperable ejemplo de cine negro, que lo colocó como un creador de respeto, debido a la compleja estructura de relojería que establece. En particular, el uso del espacio y la construcción del tiempo: la utilización constante del flashback, el papel del narrador omnipresente, o las escenas que se repiten para mostrarnos otro ángulo de la situación. Asimismo, su impresionante y ágil ritmo, apoyado en un extraordinario elenco, muchos de ellos figuras o actores de apoyo de filmes policíacos Serie B.

Su notable banda sonora está a cargo de Gerald Fried, quien más tarde musicalizaría decenas de series de TV de culto como: "La ley del Revólver", "La isla de Gilligan", "Viaje a las Estrellas", "El Agente de Cipol", o "Perdidos en el Espacio". Al igual que la fotografía a cargo de Lucien Ballard, el mismo de "Temple de Acero" y varias películas de Sam Peckinpah como "La Pandilla Salvaje" o "La Huída", entre otras.

Kubrick consigue asociarse con el emprendedor productor James B. Harris -más tarde convertido en realizador (Cop, El vigilante)- y adaptar así la novela de Lionel White, apoyado en los diálogos por otro estupendo novelista policiaco hard boiled, Jim Thompson, con la que confirmó su capacidad narrativa y su inclinación hacia la violencia y el desencanto social al narrar los pormenores de un singular asalto millonario planeado meticulosamente por Johnny Clay -estupendo Sterling Hayden-, un ex convicto que ha obtenido su libertad, apoyado por cuatro perdedores: un cantinero, un cajero del hipódromo, un contador alcohólico y un policía endeudado. El relato sirvió a su realizador para romper las convenciones del suspenso al fragmentar el tiempo de manera innovadora superando el simple alarde estilístico para influir directamente en la estructura argumental.

Este film de Kubrick representa uno de los puntos más álgidos del llamado cine negro estadunidense, realizada en un tono muy cercano al documental policiaco, que propone una inquietante visión fatalista del entorno. Al ocaso del antihéroe que se juega la vida en busca de una oportunidad corresponde una iluminación que destaca lo oscuro de sus planes y lo inaccesible de éstos. Rostros iluminados desde abajo produciendo efectos siniestros, escenarios claustrofóbicos o travellings coreográficos en contraste con un montaje vertiginoso y nerviosistas secuencias de acción.

Aquí, todas las situaciones que anteceden al atraco parecen perfectas e infalibles, sin embargo es evidente el tono pesimista del relato y los puntos débiles de sus protagonistas. Ejemplo de ello, la ambición y la amoralidad sexual de la feme fatale, misma que resulta muy explícita en una novela y en una película de los años cincuenta y que encarna de manera formidable Marie Windsor en el papel de Sherry Peatty, una mujer cínica y sensual, de alto voltaje erótico que se aburre con su marido, el más apocado miembro de la banda (el gran Elisha Cook Jr que trabajo en filmes como "El Halcón Maltés", "Dillinger", "Al borde del Abismo" o "La hora del vampiro"/Salem’s Lot). Y es que de manera muy común en el género policial noir, los personajes femeninos se trastocan en víctimas o en victimarias y a su vez, en foco de conflictos.

Atracos, secuestros, pasión, alcohol, homosexualidad latente y sutil, traiciones, y personajes que parecen piezas de ajedrez en el que se describen minuciosos retratos sicológicos de sus personajes al margen de la ley, eclipsados por un pesimismo y un destino implacable. Por encima del interesante trabajo de estructura temporal alrededor del robo al hipódromo, "Casta de Malditos" es sin duda un gran relato de personajes. El espectador conoce los motivos que han llevado a cada uno de los integrantes de la banda a cometer ese atraco: el policía endeudado con un mafioso, el marido que cuida de su esposa enferma, el esposo cobarde que quiere una vida normal con una arpía sedienta de sexo y dinero y a su vez, el protagonista obsesionado con el golpe perfecto en un universo de perdedores como sucede en el impactante final.

Un filme que va acelerando el ritmo y la emoción gracias a la forma en la que Kubrick juega con el tiempo, acelerándolo o deteniéndolo para conducir al espectador a momentos muy concretos de la historia, a la vez que ayuda a situarlo en las escenas clave que nos muestran, los motivos y los errores de los personajes quienes, como en una partida de ajedrez tienen un valor y una trayectoria específica, de ahí, la aparente e inocua secuencia en la que Clay busca al luchador retirado Maurice (Kola Kwariani), precisamente en un club de ajedrez, en dónde éste ofrece consejos a un jugador en relación a la manera de mover las piezas para ejecutar un jaque mate.

Rafael Aviña
Fuente: http://cineclubviena294.wordpress.com/2011/02/25/casta-de-malditos-the-killing-estados-unidos-1956/


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La Huella

Jueves 16 de septiembre

Título original: "Sleuth" (1972) (También conocida como "Juego Mortal")

Dirigida por Joseph L. Mankiewicz; con Laurence Olivier y Michael Caine y otros. Basada en la obra de teatro de Anthony Shaffer. (138 min.)

Andrew Wyke (Lawrence Olivier), destacado novelista de obras de misterio y ganador del premio Edgar Allan Poe por la contrucción de novelas detectivescas, invita a su mansión a Milo Tindle (Michael Caine), el amante de su mujer, un ex peluquero y actual propietario de una cadena de salones de belleza, a tomar unas copas en su casa y proponerle un plan en el que ambos saldrían beneficiados. Wyke, además, es un fanático jugador que ha convertido su mansión en una galería llena de múltiples juegos.

Wyke encarna el espíritu más perversamente sádico del alma humana, de aquellas personas que habiendo tenido cierto éxito en la vida disfrutan humillando a esas otras personas que por su cuna y naturaleza consideran inferiores. De hecho, Wyke invita a Tindle a su enorme mansión para hacerlo partícipe de sus sádicos juegos de humillación y sumisión con los que tanto disfruta.

Este film es, sin dudas, una pieza de teatro. Mankiewicz siempre fue un director de estilo muy teatral en la dirección de actores y en la gestión de sus recursos técnicos. Pero en esta película, una especie de recuperación de las viejas claves de novelas de misterio, una recreación de un clima de divertimento macabro, de intriga absorbente y clásica, lo teatral encaja a la perfección. Como encaja la mansión, los batones de seda, los atizadores y el sótano a lo Poe.

Más allá de las geniales actuaciones de Olivier y Caine, podría decirse que la mansión del escritor es casi un tercer personaje. Llena de muñecos autómatas de cera que acentúan aún más la atmósfera grotesca y a la vez siniestra, como el jocoso "Jack El Marinero Jovial", siempre presto a reir por los pérfidos juegos sadomasoquistas de su amo, o el busto de Edgar Allan Poe sobre la repisa de la chimenea, que de alguna manera sirve como homenaje a este maestro del misterio y de la "miseria humana más recóndita".

Incuestionable obra maestra tanto en la filmografía del citado realizador Mankiewicz como en el género de intriga policíaca, articulada en torno a la ironía, la sutileza e inteligencia emanada de los diálogos que componen ese erudito guión cuya autoría corresponde a un dramaturgo de excepción como Anthony Schaffer, autor del que Hitchcock adaptó otra obra suya: "Frenesí".

Un divertimento cínico y civilizado, un duelo refinado donde los epigramas sociológicos decoran el despecho amoroso; ante todo, esta película propone una ácida y lúcida visión en torno al juego con todas sus vertientes: la del lenguaje (en sus juegos de palabras, adivinanzas, alusiones, registros diversos según la extracción social, los interrogantes, los ingeniosos diálogos), los trucos (encarnados en los muñecos burlones mecánicos, la ruleta que marca el destino, la diana que esconde una caja fuerte, el disfraz, el arma trucada y el arma de fuego real) y el divertimento (juegos de mesa, billares, juguetes musicales, instrumentos).

Un magnífico "tour de force" interpretativo entre dos de los más destacados actores de orígen británico: por una parte Lawrence Olivier, con sus cadencias teatrales, el dominio de la palabra y de la experesión corporal y la ostentación de ese porte aristrocrático que siempre le caracterizó y, por otra parte, un Michael Cane en la cumbre de su carrera, que da vida al advenedizo, ambicioso y rampante pequeño empresario con ansias de un veloz ascenso social que culmina seduciendo a la mujer del aristócrata. Precisamente esta pugna amorosa se convertirá en el detonante capaz de desencadenar toda una serie de tragedias de trampa y cartón, dando pie al conocimiento del pasado que marcó a cada personaje, con sus frustraciones, implícitas intenciones y explícitas acusaciones.
Tanto Olivier como Caine fueron candidatos a mejor actor para el Oscar, aunque ese año la estatuilla se la llevó Marlon Brando nada menos que por su creación de Don Vito Corleone. También tuvo nominaciones a mejor director y mejor banda sonora.

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