Este ciclo está dedicado a aquellos géneros cinematográficos que por lo general no se ven reflejados en los ciclos de cine-debate o cine arte, como por ejemplo, el cine clásico, el cine bizarro, la ciencia ficción, el cine negro, el erótico, el de terror, el spaghetti western, el blaxploitation, el anime, el cine clase 'b' en general y otros géneros. Dentro de estos subgéneros cinematográficos pueden encontrarse verdaderas joyas cinematográficas, como así también las peores películas de la historia; pero si hay algo que todas tienen en común es su garantía de diversión. Esperamos que lo disfruten.
Título original: "The Good, the Bad and the Ugly" (1966)
Dirigida por Sergio Leone; con Eli Wallach, Clint Eastwood, Lee Van Cleef y otros. Música: Ennio Morricone (182 min
En plena Guerra Civil norteamericana, un par de estafadores se dedican a timar a las autoridades.). Tuco (Eli Wallach) es perseguido por numerosos crímenes, y es atrapado y entregado a la justicia por un caza recompensas conocido como el Rubio (Clint Eastwood), su complice de fechorías, quien lo libera de la horca a último momento para huir y repartirse el botín. Pero una serie de mutuas traiciones y desventuras los llevan a cruzarse en el camino con Bill Carson, un soldado confederado malherido. Antes de morir, les dice a ambos dónde se encuentra escondido un botín de 200.000 dólares en monedas de oro. El problema es que uno de los criminales conoce el paradero -un cementerio- y el otro sabe en qué tumba se encuentra enterrado el oro. Mientras tanto, un corrupto sargento de la Unión conocido como Ojos de Angel (Lee Van Cleef) se encuentra tras la pista de Carson. Y no pasará mucho tiempo antes de que sus caminos se crucen en el trayecto hacia el botín escondido.
Italia había comenzado la década del 60 como un imitador comercial de la cinematografía norteamericana. En la filmografía italiana hay cine de terror, hay cine policial, hay cine de época, y hay -por supuesto- cine del Oeste, que sería la baza más conocida pero no la menos importante. El Spaghetti Western fue un género recibido despectivamente por la crítica y el público hasta la aparición de ciertos artesanos que le dieron prestigio e incluso revirtieron el proceso, exhibiendo obras de gran calidad e influencia sobre la misma cinematografía americana. Y todos esos talentos, el nombre más resonante es sin duda Sergio Leone.
"El Bueno, El Malo y El Feo" es la tercera entrega de Leone sobre el género (después de "Por un Puñado de Dólares", y "Por Unos Dólares Más"), nuevamente con Clint Eastwood como protagonista. No es exactamente una trilogía, ya que el personaje de Eastwood no siempre tiene el mismo sentido, aunque sí conserva la misma estética -el sombrero, el poncho, los cigarros recortados-, amén de que Lee Van Cleef asume ahora un caracter totalmente diferente al del correcto y vengativo Coronel Mortimer de "Por Unos Dolares Más". Muchos piensan que "El Bueno, El Malo y El Feo" es una suerte de precuela -a fin de cuentas, sobre el final del film, Eastwood calza la vestimenta característica que usa en las películas previas-; en todo caso, se puede decir que es una suerte de ensayo sobre variaciones del tema que Leone vino exponiendo en los tres filmes. Hay rasgos muy particulares que hacen notable al film. En primer lugar, todos los personajes son grises en distintas tonalidades. No hay héroes sino villanos de mayor y menor monta. Tuco y el Rubio son estafadores, cínicos y crueles, que se ven mejores que Ojos de Angel, que representa una fuerza totalmente siniestra. Ya no son los protagonistas naif típicos de los Westerns americanos, sino personajes rastreros que se traicionan constantemente una y otra vez, desconfiados y expeditivos. El segundo tema importante es la violencia, que resulta bastante gráfica, como la golpiza a Tuco en el cuartel de la Union. Para la cinematografía tan restringida moralmente en esa época, resulta impactante - en otro ámbito, la Hammer mostraba litros de sangre en brillantes colores en sus filmes de terror, y desde Europa empezaban a probar los límites de la censura.
El estilo de Leone es fabuloso, lo que mantiene el ritmo de la narración de forma fluída sin que el espectador caiga en los huecos de lógica que puede tener el argumento. La historia central es breve, pero Leone la estira con las peripecias incidentales que los bribones deben pasar hasta llegar a su destino -especialmente con el tema de las milicias de la Guerra Civil-. Ciertamente el film contiene inexactitudes históricas sobre el tema - hay hechos y armas que no se condicen con la época.
El cuarto detalle es la inmortal partitura de Ennio Morricone. El tema principal ya es sinónimo de Western. La originalidad del arreglo, con el estribillo clásico (teóricamente, imitando a un hiena, quizás en alusión al caracter de los personajes principales peleándose por un trozo del botín). Y quinto, las actuaciones. Recién Eastwood encuentra su carácter en el cine; sea en Harry el Sucio, en Los Imperdonables o en otros de sus filmes, su personaje lacónico y cínico está basado en la construcción que hizo en las películas de Leone. Eli Wallach, un intérprete que tiende a sobreactuar, tiene un papel que festeja los desbordes del actor. Y Van Cleef es magistralmente letal. Es una lástima que no haya podido desarrollar una mejor carrera, ya que generalmente lo más difícil para un actor cinematográfico es encontrar "su" papel en la pantalla, cosa que sí sucede en este film (así como Bogart era el duro de buen corazón, o Burt Lancaster el aventurero carismático).
Lamentablemente Leone dirigiría unos pocos Westerns más, y abandonaría el género; su talento era enorme. La influencia de su obra es gigante -la escena final del duelo a la mexicana, posteriormente homenajeada por Tarantino, es una de las mejores secuencias filmadas de la historia y revitaliza el género. Resulta triste que la cinematografía italiana haya colapsado con el paso de los años, ya que era una fuente constante de directores creativos -Leone, Argento, Fulci, Bava, etc- que ofrecían visiones más estilizadas y frescas sobre géneros que Hollywood terminaba por destruir por saturación.
Título original: "Soleil Rouge" (aka "Red Sun") (1971)
Dirigida por Terence Young; con Charles Bronson, Toshiro Mifune, Ursula Andress y Alain Delon.
El inglés Terence Young, director de las dos primeras películas de James Bond, dirigió este extraño spaghetti western franco-italiano, rodado en España y con un elenco formado por el norteamericano Charles Bronson, el japonés Toshiro Mifune, el francés Alain Delon y la suiza Ursula Andress.
La película, definida por su compositor Maurice Jarre como 'surrealista', sería parodiada con ganas en títulos ya decididamente dementes como Mi nombre es Shanghai Joe (1972) y El blanco, el amarillo y el negro (1974).
En la Arizona de 1870, el tren del embajador del Japón es asaltado por unos bandidos que se apoderan de una espada de oro que era un regalo del Emperador nipón al presidente de los Estados Unidos. Un samurai al servicio del Imperio y uno de los ladrones traicionado por sus compañeros unen sus fuerzas para atrapar a los asaltantes y cumplir dos muy distintas venganzas.
El resultado fue un extravagante e inusual Western que mezcla elementos del spaghetti-western de Leone con las películas de Kung Fu y el tradicional cine de acción británico que caracteriza a Young. Bronson y Mifune realizan un estupendo trabajo como la pareja despareja central, explotando Bronson una vena cómica que demuestra que buen actor era más allá de su encasillamiento de duro. La química entre ellos es de lo mejor de la película, siendo todo un detalle poder ver a un actor de "Los Siete Samurais" (1954) de Akira Kurosawa, (Mifune), junto a un integrante del elenco de su remake americana, "Los Siete Magníficos" (1960), (Bronson). Alain Delon se muestra muy a gusto y divertido con su rol de villano del film y Ursula Andress aporta su cuota de erotismo habitual. La música es provista por el legendario Maurice Jarre, y es excéntrica como la película misma, mezclando toques de Enio Morricone con el uso de koto, dulcimer, acordeón y una orquesta sinfónica.
Lo más sorprendente de esta película es que más allá de su melange internacional funciona como un entretenido film. Lo que podría haber sido tomado a risa, como sucediera más tarde con otros films de similar temática, se presenta seriamente, y una soterrada historia de honor y revancha se acompaña con paciencia y perfección. Toshiro Mifune no es el ladero gracioso de Charles Bronson y Alain Delon no es un bufón francés.
Como nota interesante, se puede destacar que esta es la primera película donde Mifune habla un idioma diferente de su idioma natal.
Subtítulos: Denise Castello
Ver trailer: (Para verlo en pantalla completa cliquea el íconoen la barra inferior de la ventana de video)
Dirigida por Fred Zinnemann; con Gary Cooper, Grace Kelly, Kathy Jurado, Thomas Mitchell, Lloyd Bridges.
En la pacífica localidad de Hadlevylle, a las diez y media de la mañana de un domingo, el ex-sheriff Kane se casa con Amy, una joven cuáquera. A punto de emprender el viaje de bodas, llega la noticia de que Frank Miller, un forajido al que Kane ayudó a condenar, ha salido de la cárcel y llegará en el tren de las doce, dispuesto a vengarse. Con gran sentido del deber, Kane decide quedarse y hacer frente a Miller y a sus hombres. Pero sus conciudadanos por los más diversos motivos, le vuelven la espalada...
Una obra maestra del western, dirigida por un artesano como es el fenomenal Fred Zinemann. Con una magistral interpretación a cargo de Gary Cooper, encarnando a ese sheriff que en solitario ha de enfrentarse con los asesinos. Y con 90 minutos interminables, cargados de angustia y desesperación.
La película está narrada en tiempo real, y la historia está planteada como si fuese una película de suspense que culmina magistralmente en el montaje que se produce antes de la llegada del tren a las doce del mediodia. Y es que la unión de los planos de las caras, la del reloj, la de su péndulo, la de las vias del tren, entre otros muchos más, es un soberbio ejemplo de como mantenerlo a uno pegado a la butaca desde el principio hasta el fin sin mover una pestaña.
Cuenta con una fenomenal fotografía en blanco y negro, llevada a cabo por Floyd Crosby ("El hombre con rayos X en los ojos" -"The Man With the X-Ray Eyes"), recreándose en unos primeros planos verdaderamente impagables, y con una magnífica banda sonora a cargo de Dimitri Tiomkin, un hombre que es todo un mito en la música del cine. El tema "High Noon" forma ya parte de la historia.
En cuanto a los actores, están extraordinarios todos, con el ya citado Gary Cooper a la cabeza, secundado con una maravillosa Grace Kelly, y seguidos de un elenco inmejorable: Thomas Mitchell, Katy Jurado, Lloyd Bridge...
En fin, una película sin fisuras, una película mítica para la historia del cine del oeste que también puede apreciarse en otros planos y con otras lecturas ya que encierra también una certera crítica a la sociedad norteamericana de la época (Macartismo) y al "no te metas" generalizado de las sociedades modernas.
"A La Hora Señalada" (También conocida como "Solo Ante El Peligro"), logró en su dia cuatro premios Oscar: Mejor Actor (Gary Cooper), Montaje (Elmo Williams & Harrt Gestard), Musica (Dimitri Tiomkin), y Canción "High Noon"). Y además obtuvo tres nominaciones: Mejor Película, Director, y Guión Adaptado. (Información extraída de http://pablocine.blogia.com/2007/041301-solo-ante-el-peligro-high-noon-1952-.php)
Este es el tema original de la película, "Do Not Forsake Me", de Tex Ritter:
Dirigida por William A. Wellman; con Henry Fonda, Dana Andrews, Anthony Quinn, Mary Beth Hughes, Harry Morgan y otros.
La acción tiene lugar en una pequeña localidad olvidada cerca del valle de Ox-Bow, entre las 3 de la tarde y las 24 h. de un día del invierno de 1885. Art Croft (Morgan) y Gil Carter (Fonda) son dos amigos que trabajan como temporeros en la región y llegan al Conby’s Saloon a tomar unos whiskeys y a preguntar por la ex amante de Carter, que se marchó con otro. Poco después llega la noticia del asesinato del vaquero Larry Kinkait.
El asesinato rompe la aparente tranquilidad de un pueblo del oeste americano. Ausente el sheriff, los hombres del pueblo deciden formar una partida para encontrar a los culpables.
"Conciencias Muertas" es una crónica sobre la irracionalidad de la violencia bajo circunstancias extraordinarias. Una pequeña y tranquila comunidad decide tomar justicia por sus propias manos, sin detenerse a reflexionar en las consecuencias y la legitimidad de este acto. Esta simple anécdota es suficiente para desarrollar uno de los filmes más poderosos y vigentes del western, cuyo argumento trasciende los límites de su género para insertarse en un nivel más amplio y universal.
Considerada demasiado sombría y pesimista, la novela de Tillburg Clark tardó varios años en ser llevada a la pantalla. La tenacidad del director William A. Wellman -reconocido por su capacidad para combinar drama con mensaje social- tuvo éxito cuando la productora Fox aceptó el proyecto a cambio de que Wellman dirigiera otros dos filmes. Wellman logró capturar la atmósfera opresiva y trágica del relato de Tillburg Clark en tan solo 75 minutos, lo cual convierte a este filme en uno de los clásicos más breves de la historia.
El ritmo altísimo no deja al espectador ni un momento de respiro. La estupenda fotografía de Arthur C. Miller nos regala planos inolvidables y simbólicos y que, junto a la buena mano de Wellman, dan lugar al ambiente sombrío y trágico que envuelve toda la película. Estupendas interpretaciones con un gran reparto, encabezado por un Henry Fonda magnético a más no poder y mostrando una mirada perdida que es reflejo perfecto del abismo al que se dirigen los protagonistas, donde destaca un muy joven Dana Andrews, en el papel más dramático e importante de su carrera. Fue nominada al Oscar como Mejor Película.